La situación en Salud no da para más. Los hospitales trabajan sobrecargados y los especialistas muchas veces se ven imposibilitados de dar respuestas al conjunto de las demandas. Mientras, el ministro Daniel Vincent y el subsecretario Gustavo Curtino trabajan a brazo torcido para profundizar aún más sus diferencias y luchan para ganarse la confianza entera de Jorge Sapag. Todo ello a costas de una herida muy grande para el sistema. El gran perjudicado.
Según allegados a la cartera sanitaria, hoy Vincent mantiene varios cuerpos de ventaja sobre Curtino en la calificación del gobernador. También dejan en claro que el ministro no se muestra debilitado, que está muy bien considerado por el mandatario neuquino y que nunca fue blanco de reemplazo, a pesar de las innumerables veces que la opinión pública pidió su "cabeza".
La situación no es nueva. Tampoco algo que sorprenda. Pero sí no deja de llamar la atención las reticencias que existen en una de las principales cartera de la provincia.
Según allegados a la cartera sanitaria, hoy Vincent mantiene varios cuerpos de ventaja sobre Curtino en la calificación del gobernador. También dejan en claro que el ministro no se muestra debilitado, que está muy bien considerado por el mandatario neuquino y que nunca fue blanco de reemplazo, a pesar de las innumerables veces que la opinión pública pidió su "cabeza".
La situación no es nueva. Tampoco algo que sorprenda. Pero sí no deja de llamar la atención las reticencias que existen en una de las principales cartera de la provincia.
Vincent tiene como antecedente haberse comido crudo a Claudio Ferrón, su primer subsecreatrio, quien ante el mínimo sacudón del timón lo enfrentó, pero la realidad indica que fue obligado a renunciar. Ahora, el timón vuelve a sacudirse. Sin embargo, el presente es muy diferente. En frente tiene a una persona dispuesta a pelearle el trono, alguien que no está dispuesto a ser presa devorada. En todo caso, le hará pagar un alto costo político.
“Curtino no se lleva bien con Vincent desde el día que llegó a la subsecretaría, pero conviven. Eso sí, pueden hacerlo porque están bien lejos uno del otro”, indicaron esta semana en los pasillos del edificio de Fotheringham, algo que sirve para entender que el diálogo entre ambos está sepultado. Desde hace tiempo.
Lo cierto es que ambos continuarán posando juntos ante cada acto protocolar para el que se lo requiera. Tanto uno y el otro buscará estar cerca de Sapag en la foto. Los dos podrán dialogar y mostrarse sonrientes en público. Pero fuera de ello no habrá diálogo, no se atenderán el teléfono y evitarán verse en privado. Todo en busca de ver quién manda en la selva llamada Salud.
Lo cierto es que ambos continuarán posando juntos ante cada acto protocolar para el que se lo requiera. Tanto uno y el otro buscará estar cerca de Sapag en la foto. Los dos podrán dialogar y mostrarse sonrientes en público. Pero fuera de ello no habrá diálogo, no se atenderán el teléfono y evitarán verse en privado. Todo en busca de ver quién manda en la selva llamada Salud.
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