UNA HISTORIA, VARIAS IMÁGENES


PLOTTIER HEREDÓ UN HOSPITAL EN COMA

El presente del principal centro de salud de la localidad vecina a Neuquén capital padece hoy una enfermedad de difícil cura. El tratamiento que recibe no logra los efectos deseados y los especialistas temen por su estado. A metros de donde funciona el viejo hospital, el nuevo edificio muestra un exterior impecable. Pero su interior es tenebroso, desopilante, silencioso. Sólo atienden consultorios. No hay camas. Mucho menos pacientes.
Días atrás, la muerte de un joven de 18 años desencadenó en un paro que continúa a la fecha. Piden la presencia de las autoridades en el lugar. Todavía no fue nadie. Aunque existe el compromiso de asistir a comienzos de la próxima semana.
Mientras, pacientes y trabajadores se arman de paciencia y mantienen en alza la bandera de la salud y de la vida.

Fotos de: CLAUDIO ESPINOZA.

El desencadenante. La ausencia de ambulancias fue uno de los motivos, o el principal, que derivó en una protesta que empezó con 24 horas de retención de tareas, que posteriormente continuaron en otras 48. A causa de la falta de este vehículo, un joven de 18 años no pudo ser asistido en tiempo y forma tras sufrir una insuficiencia cardíaca. A las pocas horas murió en Neuuqén.  


"Cerrado por duelo". Conocida la muerte del joven, las instalaciones del nuevo hospital estuvieron cerradas. No se atendió Consultorio. Sí se reforzó guardias y emergencias, pero en el otro edificio.


La bronca se extendió a las calles. El martes, los trabajadores resolvieron iniciar el miércoles la primera medida de fuerza concreta: retención de tarea por 24 horas. Hubo conferencia de prensa, radio abierta y asamblea, donde trabajadores del hospital Plottier elaboraron un petitorio y extendieron el paro por otro día.
                                   
Se hicieron sentir. Un nutrido grupo de trabajadores de la salud y vecinos de la comunidad brindaron el miércoles una confrencia de prensa en las inmediaciones del viejo edificio. Hablaron todos; muy críticos. A las horas, y ante la no presencia de autoridades provinciales, se definió darle continuar al paro.

                           
Más de 1.500 firmas. Hasta la Policía se sumó a la protesta y firmó el petitorio acordado por los trabajadores. Contiene 16 puntos, que va desde la falta de recurso humano hasta el traslado definitivo al nuevo hospital.
                                                        

Abandono. Caminar el interior del viejo edificio es estar frente a un triste escenario. Por ejemplo, dos incubadoras están tiradas en el pasillo desde hace unos 24 meses. Sin arreglar, estorban el paso y privan a los pacientes de su uso.
  
Desprolijidad. En uno de los lugares reservados para Ginecología, los cables cuelgan y zigzaguean según la presión del viento. Los profesionales prefieren evitar el uso de ciertos espacios por miedo a tener que lamentar problemas. 

Cruda realidad. Las madres internadas en el sector Pediatría padecen diariamente el desborde de cloacas. El olor es insoportable. En forma manual, tapan las rejillas con papeles y radiografías, como se observa en el piso, delante de esta parturienta.

Hacerle frente a la desprolijidad. Los pacientes rescata ante todo la profesionalidad y calor humano que trasmiten los trabajadores que caminan a diario los pasillos. Con ellos van las cucarachas, principales habitantes de Rayos.

Trescientos pesos diarios. El desborde de cloacas obliga la doble visita diaria del carro atmosférico. Con él no sólo se van los desperdicios más horrendos, sino también más de 160 pesos por concurrencia. 

Realidad que choca. Al fondo de esta habitación de Pediatría, la pared lo dice todo. Lo que no logra reflejar la fotografía es que, según las madres, muchas veces el apoyarse genera alguna descarga eléctrica.