miércoles, 27 de octubre de 2010

UNA REDACCIÓN EN MOVIMIENTO

La muerte del ex presidente Néstor Kirchner tomó por sorpresa y conmocionó a todo un país. Hasta a nosotros, los periodistas. Fue un día diferente al resto, tanto en las calles argentinas como en las redacciones de los diarios. Y un caso testigo fue la nuestra, la cual recuperó al menos por un día uno de los valores fundamentales de la "cocina" periodística: la discusión.
Si bien se trabajó en un clima con superpoblación hormonal, se alcanzó un producto correcto. Un producto que fue pensado, armado y trabajado para que el lector lo recibiera al día siguiente tal como le llegó a su mano.
La inesperada muerte del esposo de Cristina Fernández nos llevó a discutir, discernir y poner sobre la mesa puntos de vista diferentes en busca de un mismo objetivo. Y en un lapso de tiempo corto, editores y el responsable de la redacción definimos cómo iba a ser la cobertura, qué abordaje se haría, qué profundidad se alcanzaría y cómo se distribuiría el material en la edición central del jueves 28 de octubre. El trabajo se hizo con seriedad. Con críticas y autocríticas. Con responsabilidad. Con profesionalidad.
Nueve horas más tarde el diario estaba a la venta. Con algunas fisuras, pero mínimas. Con modificaciones, pero que no hicieron a la destrucción de la idea central.
La muerte de Néstor significó un enorme cimbronazo a nivel país. Tal fue la vibración que modificó esquemas, e hizo que la redacción que integro se convirtiera en una verdadera redacción de diario. Porque explotó como lo hace pocas veces al año. Porque hubo una enorme comprensión de que era necesario contar con un grupo de trabajo acorde y que respondiera al desafío. Porque entendimos que era fundamental el preceso de pre y pos producción. Pero sobre todo, porque me hizo sentir nuevamente PERIODISTA.

1 comentario:

  1. Cuando una redacción te hace sentir nuevamente periodista quiere decir que no todo está perdido.

    Sin dudas la noticia más impactante y menos esperada del año. Una muerte que conmocionó a toda la sociedad, y en especial al campo de la política. La desaparición de Kirchner es darle una patada al tablero y que las fichas vuelen por el aire.

    Es demasiado prematuro para hacer un análisis a futuro, pero los grandes medios de comunicación desconocen el tiempo de los fenómenos sociales, y los tiempos de las internas politica.

    Editores en jefe no tuvieron reparo en darle el tiro de gracia a Néstor Kirchner. Algunos escribieron que lo mató su pasión por la política; otros que nunca cuido su salud. Nelson Castro escribió un libro, "Enfermos de poder" y su columana para Clarín opinó: "Es una lección que debería aprender la dirigencia política argentina y es una realidad que como sociedad no podemos ignorar".

    La lección la debería aprender el periodismo de los grupos concentrados que hasta un día antes de la muerte de Kirchner decían que la política de la confrontación permanete era mala para la institucionalidad de un república que aún no se habia recuperó de los zimbronazos de diciembre de 2001.

    Por último, el poder no es una enfermedad, es en todo caso una construcción social. El poder no está en todas partes, porque si fuese así, no habría poder.

    El poder está en algunos espacios y en otros espacios existen potencialidades de poder, estos últimos son los que Kirchner alimentó para que la Argentina sigue por el camino que él decidió andar.

    Por lo tanto, en la Plaza del 27 de octubre del miércoles por la noche, se hizo visible otro poder: El poder de lo político, ese que a veces los grandes medios deciden ocultar.

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