viernes, 29 de octubre de 2010

Declaración polémica

La Academia Nacional de Medicina expresó su oposición al aborto al advertir que “el niño por nacer, científica y biológicamente es un ser humano cuya existencia comienza al momento de su concepción. Desde el punto de vista jurídico es un sujeto de derecho como lo reconoce la Constitución Nacional, los tratados internacionales anexos y los distintos códigos nacionales y provinciales de nuestro país”.
A su vez, alertó que “destruir a un embrión humano significa impedir el nacimiento de un ser humano” y recordó que “la salud pública argentina necesita de propuestas que cuiden y protejan a la madre y a su hijo, a la vida de la mujer y a la del niño por nacer”.
Tras subrayar que “la obligación médica es salvar a los dos, nada bueno puede derivarse para la sociedad cuando se elige a la muerte como solución”, señaló que “si el aborto clandestino es un problema sanitario corresponde a las autoridades tomar las mejores medidas preventivas y curativas sin vulnerar el derecho humano fundamental a la vida y al de los profesionales médicos a respetar sus convicciones”.
De esta manera, la Academia, a través de su presidente Juan Ghirlanda y su secretario Roberto Pradier, hace un llamado a todos los médicos del país a mantener la fidelidad a la que un día se comprometieron bajo juramento. Y concluye afirmando que el derecho a la “objeción de conciencia” implica no ser obligado a realizar acciones que contrarían convicciones éticas o religiosas del individuo (Art.14, 19 y concordantes de la Constitución Nacional).
A partir de esta manifestación no se hicieron esperar las expresiones a favor y en contra. Apoyo y cuestionamientos a la decisión de la mujer sobre su propio cuerpo. Pero fundamentalmente abre una nueva puerta a una polémica de nunca acabar.

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