viernes, 8 de octubre de 2010

SONRIÉNDOLE A LA ENFERMEDAD

La sonrisa predomina en una amplia y cálida sala, donde todo lo que la rodea es amor. Por uno mismo y por el otro. Es que sus integrantes no pueden definirse sin mencionar sus complementos: el paciente y la familia. Porque la vida los puso un día en ese lugar y agradecidos están. O al menos es lo que desprende el rostro de cada uno de los profesionales que conforman el equipo de Cuidados Paliativos del hospital Bouquet Roldán, el único público de la capital neuquina y uno de los cinco que existen en la provincia.
Su trabajo -poco difundido- consiste en acompañar a aquellas personas que padecen una enfermedad crónica durante su etapa final. Se ocupan, especialmente, de pacientes oncológicos y con VIH-Sida. También con sus entornos familiares, pilares importantes en el trayecto final de la ruta que, tarde o temprano, conduce a todo ser humano al mismo destino.
“Nuestro objetivo fundamental es aliviar el sufrimiento en esta última etapa y aumentar la calidad de vida, tanto del enfermo como la de su familia”, desprende con calma Isabel Almeyra, la psicóloga del grupo, quien agrega que en el día a día “se establece un vínculo emocionalmente fuerte; es un trabajo pesado con una gran dosis de estrés, pero a la vez satisfactorio, gratificante; es lo que más nos gusta hacer”.
El equipo tiene 15 años, muchos de ellos ocupando un impenetrable espacio físico dentro del hospital de máxima complejidad del Neuquén, el Castro Rendón. Aunque prefieren olvidarlo y disfrutar del presente. Este que las ubica en un lugar cómodo, amplio y con disponibilidad de movimiento, donde no sólo le brindan “confort” a las “visitas”, sino que capacitan y forman a residentes. Al igual que lo hacen por el interior de la provincia, trabajo que dio sus frutos en San Martín de los Andes, Junín de los Andes y Centenario, ciudades a las que próximamente se sumará Zapala.
“Estar con los pacientes, brindarles nuestro apoyo, profesionalidad, contenerlos y atenderlos es parte de nuestra rutina. Nuestro trabajo no es estar durante los últimos días de la vida, va más allá, es compartir su etapa final”, afirma Gabriela Illuminati, médica general, quien remata: “No nos centramos en la calidad de muerte, estamos pendientes de la calidad de vida. Nos ocupamos de que estén lo mejor posible hasta que les llegue ese momento, el día final”.
Graciela Jury, otra de las médicas y la que más tiempo lleva dentro del plantel, acota que el trabajo no finaliza el día de la muerte, debido a que “también hacemos el seguimiento de duelo, es por eso que la familia sigue conectada con nosotros luego de la muerte de un ser querido. A partir de ese momento se le brinda una atención especial, tanto o más que la que se le entregó durante el proceso”.
Los profesionales aseguran que lo ideal sería recibir al paciente desde el diagnóstico porque de lo contrario parecería que llegan a sus manos para despedirse. Y no es así, “nosotros no somos asistentes de la muerte, compartimos y nos involucramos en un proceso”, coinciden.
"Pero bueno, es lo que tenemos", dicen y agregan que no por eso perderán el convencimiento de seguir adelante. "Morir es el último acto de nuestras vidas, por lo tanto es importante que haya alguien ayudando, un sostén extra”, concluyen.
Este silencioso y arduo trabajo genera que miles de familias se acerquen diariamente y conozcan sus caras. También el compromiso y profesionalidad que los distingue. Pero fundamentalmente hace que descubran que el corazón de cada uno de estos profesionales guarda un espacio para el otro. Un lugarcito ínfimo, pero lleno de amor. Amor que sufre ante cada partida y desprende una cristalina lágrima. Porque como reza una vieja canción…"Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo. Cuando un amigo se va, queda un tizón encendido, que no se puede apagar ni con las aguas de un río…”.

En Primera Persona
* "Es una satisfacción porque se ve el alivio real del sufrimiento del paciente y de la familia; es una satisfacción permannete", dijo Isabel Almeyra.


* "Todos los días me pregunto por qué hago Cuidados Paliativos. Y en parte tiene que ver con eso de sentirse últil, de poder ayudar al otro. Es un desafío para que se tome conciencia de que este área es oblitaria en todo sistema de salud", afirmó Gabriela Illuminati.


* "Para nosotros hacer esto es muy bello, lo hacemos porque nos gusta y estamos convencidas de que es una de las mejores maneras de pasar tú última etapa de vida", expresó Graciela Jury

1 comentario:

  1. Anónimo27/10/11

    Hola: Necesito contactar con urgencia a Isabel Almeyra
    Gracias
    julietacmarcucci@hotmail.com 0341-155886979

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