viernes, 25 de febrero de 2011

SILENCIO; SILENCIO; SILEN...

La confirmación del entierro de una extremidad adulta -pierna- y no el cuerpo de un bebé en el cementerio de la localidad de Plottier deja varias hipótesis que ahora deberá debelar la Justicia. Pero, según información brindada por fuentes allegadas a la causa, deja también en claro la falta de control que hubo en la morgue del hospital Heller y la irresponsabilidad de la empresa que se encargo del sepelio. Ambos, a priori, responsables directos de una negligencia que terminó de destrozar a una familia que hoy sigue sin entender qué pasó y cómo pudo haber ocurrido una cosa semejante.

Las fallas existieron; se develaron tras la exhumación de ataúd donde supuestamente debía descansar el cuerpo del bebé que había nacido y muerto el mismo día en la capital neuquina, en octubre del año pasado. Pero no, al abrirlo se encontró lo que se sospechaba: una pierna de un adulto, amputado días previos al fallecimiento del recién nacido.

En todo esto no es menor el silencio de Salud, quienes optaron por no salir a aclarar la situación y centrarse en la campaña para las internas del Movimiento Popular Neuquino (MPN). Nadie, execpto el director del hospital implicado, quien además se encargó de efectuar la denuncia luego de detectar la terrible falla, explicó nada. Ni las razones ni los por qué ni nada que se le parezca. Una vez más, como es costumbre, prefirieron callar. Y callaron de la peor manera: sin dar la cara. Aunque tarde o temprano esta irregularidad tendrá su merecida sentencia.

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