La cantidad de consultas concentradas en los tres hospitales de la ciudad de Neuquén, no sólo se debe a la calidad de recurso humano que trabaja en esos espacios. Existe también una segunda lectura: el pésimo estado en que se encuentran los centros de salud capitalinos, muchos de ellos al borde de la desaparición.
Los habitantes del Oeste recurren muchas veces al Heller dado que en sus sectores impera la desidia de un sistema ausente. Y si algo existe, hay que hablar tan sólo de un trailer o salón de espacio reducido, incómodo y vacío de insumos. Ello hace que, tarde o temprano, termines recorriendo los pasillos de un hospital.
“El paciente debería concurrir al centro de salud más cercano y de ahí, según la consideración del especialista, trasladarse al lugar indicado. La prioridad de cada hospital es distinta; cada uno de ellos está preparado para determinada función y lo aconsejable es que eso se respete para no saturar ni equivocar los caminos”, manifestaron desde Salud, aunque prefirieron no ahondar en detalles sobre el estado de los edificios barriales, el principal reclamo de los pacientes. Y sin opción, la pirámide se desparrama.
Mientras, las consultas crecen día a dia de manera considerable. Mientras, en el Castro Rendón, Heller y Bouquet Roldán no dan a basto para responder a las demandas. Mientras, los equipos de profesionales de estos hospitales dedican tiempo a atenciones que no deberían nunca llegar a sus manos, sino a los centros asistenciales barriales. “Estamos preparados para cuestiones graves u agudas, dado que somos el hospital de mayor complejidad de la provincia, por lo que no tenemos tiempo para atender un dolor de cabeza, estado gripal o lastimadura menor”, hicieron saber desde el Hospital Regional, aunque muchas veces son demandas que pasan por sus manos. Y las resuleven porque son conscientes que el sistema carece de insumos elementales como una gasa o medicamentos antigripales. Una realidad palpable. Un realidad que también se expande día a día.
Los habitantes del Oeste recurren muchas veces al Heller dado que en sus sectores impera la desidia de un sistema ausente. Y si algo existe, hay que hablar tan sólo de un trailer o salón de espacio reducido, incómodo y vacío de insumos. Ello hace que, tarde o temprano, termines recorriendo los pasillos de un hospital.
“El paciente debería concurrir al centro de salud más cercano y de ahí, según la consideración del especialista, trasladarse al lugar indicado. La prioridad de cada hospital es distinta; cada uno de ellos está preparado para determinada función y lo aconsejable es que eso se respete para no saturar ni equivocar los caminos”, manifestaron desde Salud, aunque prefirieron no ahondar en detalles sobre el estado de los edificios barriales, el principal reclamo de los pacientes. Y sin opción, la pirámide se desparrama.
Mientras, las consultas crecen día a dia de manera considerable. Mientras, en el Castro Rendón, Heller y Bouquet Roldán no dan a basto para responder a las demandas. Mientras, los equipos de profesionales de estos hospitales dedican tiempo a atenciones que no deberían nunca llegar a sus manos, sino a los centros asistenciales barriales. “Estamos preparados para cuestiones graves u agudas, dado que somos el hospital de mayor complejidad de la provincia, por lo que no tenemos tiempo para atender un dolor de cabeza, estado gripal o lastimadura menor”, hicieron saber desde el Hospital Regional, aunque muchas veces son demandas que pasan por sus manos. Y las resuleven porque son conscientes que el sistema carece de insumos elementales como una gasa o medicamentos antigripales. Una realidad palpable. Un realidad que también se expande día a día.
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