El comienzo de este año tiene un solo objetivo en la vida del gobernador Jorge Sapag: ganar las internas del Movimiento Popular Neuquino (MPN). O bien podría decirse que el fin es ganarle al ex mandatario provincial Jorge Sobisch, para así desterrarlo del mapa político neuquino. Y esto es parte de su agenda de enero, a pesar de su desmentidas constantes, carentes de todo fundamento.
Sapag recorre desde hace varios días el interior, donde visita obras, se reúne con los intendentes y aprovecha para alentar a los afiliados e independientes a participar de los comicios del próximo 20 de febrero. Sin embargo, en cada oratoria, no se olvida de aclarar que "esto no es campaña proselitista sino parte de la agenda de gobierno". Un disurso muy pobre, innecesario y carente de todo fundamento. Más si se escucha los mensajes y la frase que tanto repite: "En días se resuleve el futuro de la provincia, ustedes son los que decidirán si seguimos con este proyecto de inclusión o volvemos al pasado".
A ello hay que sumarle la presencia de su equipo de prensa político, la llegada de ministros y el armamento mediático que desplegaron por el Centro, Sur y ahora Norte del Neuquén. Pero esto no es extraño. Tampoco es alocado. Lo extraño son las palabras de Sapag, quien pretende tapar el sol con las manos mediante un discurso vacío y repetitivo, que sólo busca hacer saber que sigue latente su "calentura", como la de toda la lista Azul que él comanda, por el desdoblamiento de las elecciones, decisión que tomó la junta de gobierno, con mayoría sobischista.
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